Resumen:
A lo
largo de la Cordillera de los Andes existen centenares de montañas que
poseen construcciones arqueológicas en sus cimas y laderas, algunas de
ellas alcanzan alturas superiores a 6.000 metros sobre el nivel del mar.
Este Patrimonio arqueológico se mantuvo durante muchos años poco
vulnerado por su difícil acceso, pero en los últimos años, debido al
auge de actividades como el Turismo de Aventura (en el más amplio
sentido del término), los sitios son más frecuentados y están siendo
sistemáticamente devastados. Una de las principales causas de la
destrucción es la desinformación.
En el presente trabajo se pondrán en consideración una
serie de actividades realizadas por el Centro para la Conservación del
Patrimonio de Alta Montaña - Salta (CECOPAM) desde 1996, y los
resultados obtenidos hasta el momento.
Introducción:
La Arqueología de alta montaña
es una especialidad relativamente nueva, surgida a raíz de los
hallazgos realizados por andinistas en las laderas y cumbres de los
picos cordilleranos. Debido a sus características particulares, se debe
tener una preparación técnico-deportiva adicional, por lo cual pocos
son los especialistas que visitaron y estudiaron los sitios de altura o
"Santuarios", como comúnmente se los denomina.
Cientos de construcciones entre los 5.000 y casi 7.000
metros de altura y diseminadas desde el Ecuador hasta el centro de Chile
son la evidencia de la gran cantidad de energía y organización
invertida con fines religiosos, sociales y políticos. Hoy se tiene la
certeza de que por lo menos una cultura poseía los medios necesarios
para poder materializar -o por lo menos interconectar- tal obra: los
INCAS. "La dominación que los cuzqueños ejercieron aquí fue
breve (aprox. 1475 - 1532), pero el alto nivel de organización
alcanzado se tradujo en obras arquitectónicas cuyos vestigios nos
sorprenden. Además de los centros administrativos, fortalezas, tambos (tampu
o albergues) y andenes de cultivos dispersos en gran parte del
territorio e interconectados por un amplio e ingenioso sistema vial, los
incas erigieron pequeños y grandes santuarios en las cumbres de
numerosas montañas, llegando en algún caso hasta los 6.700 metros de
altura. Con ello dieron una prueba mas de su admirable capacidad
organizativa, asociada en este caso a la resistencia y adaptación a la
altura de quienes planearon y ejecutaron las actividades y ceremonias
correspondientes." (Schobinger, 1997).
Las estructuras que se encuentran en las alturas son muy
variadas en tamaño y forma, pese a ello se pueden observar algunas
regularidades que, en general, se las clasifica como apachetas, mojones,
plataformas rellenas elevadas, pircados circulares, lineales y
rectangulares; asociadas muchas de ellas con leña y, en menor
proporción, con alfarería u otros elementos suntuarios.
Existen construcciones de gran volumen y ubicadas a gran
altitud. Una de ellas son las que se hallan sobre la cima del volcán
Llullaillaco de 6.739 metros (24º 43' 00" S - 68º 33' 00"
W), situado en el departamento Los Andes, provincia de Salta, República
Argentina, hito natural que marca el límite con Chile. Desde la base
(4.500 m) hasta la cima, por la ladera nornordeste, se jalonan
construcciones y caminos arqueológicos en zigzag que se dirigen hacia
la cúspide del sagrado volcán. Otros ejemplos de similares
características que se pueden citar son: el volcán Quehuar (6.130 m.
24º 20' S - 66º 44' W), el nevado de Chañi (6.000 m. 24º 06' S -
65º 47' W), el nevado de Acay (5.716 m. 24º 23' S - 66º 10' W) y el
nevado de Cachi (6.380 m. 24º 56' S - 66º 23' W). Estos y otros que se
mencionarán más abajo, fueron y son objeto de acciones voluntarias e
involuntarias que conducen a la destrucción total o parcial de las
estructuras arqueológicas y del registro arqueológico.
Sitios
Arqueológicos de Montaña que Fueron Saqueados o Alterados.
Se exponen aquí los resultados
de los relevamientos realizados en el período 1996 - 1998, en algunas
montañas del noroeste argentino.
Volcán
Quehuar:
6.130 metros 24º 20' S - 66º 44' W
Este volcán se encuentra ubicado al oeste de la
Provincia de Salta, en el sector nordeste del departamento Los Andes,
República Argentina. El acceso a esta montaña se realiza por el
sudeste, partiendo desde el poblado de Santa Rosa de los Pastos Grandes
a una altura de 4.000 metros. Los lugares con restos arqueológicos se
escalonan en diferentes niveles altitudinales, siendo los de mayor
dimensión los ubicados a 5.100 m y 6.100 m; los más pequeños se
hallan a 4.100 m, 4.500 m y 6.130 m.
En el año 1974 se realiza la primer expedición con
fines científicos, la misma fue dirigida por el señor Antonio Berochia
Nigris, Director del CIADAM (Centro de Investigaciones Arqueológicas de
Alta Montaña - San Juan, Argentina). Al llegar a las ruinas (6.100 m),
formadas por un complejo de plataformas con relleno artificial, los
expedicionarios encuentran dentro de un recinto circular que está junto
a las plataformas (6 m de diámetro externo, 1,80 m de espesor en los
muros y 2 m de altura máxima) el cuerpo momificado de un/a niño/a de
aproximadamente 12 años de edad, al cual le faltaba el cráneo, un
brazo y algunas costillas. Beorchia en su libro comenta: "Intenté
cavar con la piqueta para extraer el cuerpo del joven indio, pero el
acero rebotaba sobre el hielo amalgamado con el pedregullo del mismo
modo que si fuera un hormigón. Recorté entonces algunos trozos de
tela, para su estudio posterior y me dirigí hacia las demás
plataformas y construcciones, donde hacia uno de los extremos observé
un socavón de gran tamaño. Entre las piedras caídas encontré dos
trozos de mecha de los usados por los mineros para producir explosiones
con dinamita, algunos restos de botellas de vidrio y una camiseta andina
pequeña, bastante destrozada por la explosión." (A. Beorchia
Nigris. 1985 : 191).
En 1981, Beorchia regresa junto al antropólogo Johan
Reinhard con la intención de extraer el cuerpo momificado pero "Lamentablemente
se comprobó que el mismo había sido exportado entre los años 1974 a
1981 usando aparentemente dinamita. Solo se pudo recuperar un pabellón
auricular(?), dos vértebras lumbares, dos trozos de huesos planos
perteneciente a una bóveda craneana, trozos pequeños de telas, algunos
fragmentos de madera y un grano de maíz." (op. cit.: 197).
Los planos realizados a partir del trabajo de campo
efectuado en 1996, ponen en evidencia el grado de destrucción y
alteración que han sufrido las construcciones arqueológicas. Gran
parte del daño registrado se debe al peso y presión ejercidos por la
acumulación de nieve, pero también a la acción antrópica. Respecto a
esto último se puede mencionar el proceder de algunos montañistas que,
al recorrer las ruinas, caminan sobre los muros, se sientan a descansar
sobre las estructuras, o bien, extraen rocas para construir un
montículo sobre el cual se suele dejar un cuaderno donde se registran
las ascensiones realizadas. Por otra parte, cabe mencionar que sobre la
base del volcán, en las laderas norte y oeste, se encuentran varios
establecimientos mineros próximos a la estación ferroviaria de
Olacapato. Se registraron algunos nombres de personas que trabajaron en
el lugar y mientras trabajaban mineros ascendieron varias veces hasta la
cúspide, aprovechando los en los establecimientos descansos y para "matar
el aburrimiento de la puna", según expresara uno de ellos.
Este tipo de ascensiones, al generarse fuera de las instituciones
deportivas de montaña no queda registrada en ninguna parte.
Realizando una comparación entre fotografías tomadas
hace dos décadas atrás y las actuales, se aprecia el deterioro de las
estructuras, las cuales disminuyeron la altura de sus muros debido a la
caída o extracción de las rocas que las conforman. Asimismo, sobre el
piso de las plataformas rellenas se observan algunos pozos, los cuales
se deben haber realizado en los últimos diez años.
Nevado
de Acay:
5.716 metros (24º 23' S -
66º 10' W)
Este macizo se encuentra ubicado en el extremo
occidental del departamento de Rosario de Lerma, provincia de Salta,
República Argentina; situado sobre el borde oriental de La Puna, en la
región geológica de la Cordillera Oriental y en la cabecera de dos
quebradas importantes, la del Toro y del Calchaquí.
Los lugares con restos arqueológicos conocidos y
relevados son los que se encuentran en la cima, existiendo otros
ubicados en la base del nevado y las laderas norte, sudeste y sudoeste,
los cuales todavía no fueron estudiados con detenimiento. Sobre la cima
del cerro se encuentra una estructura compleja, formada por una
plataforma rellena trapezoidal de 6,7 m de longitud mayor, 5,4 m (base
menor), 6,2 m (base mayor) y 1,30 m de altura máxima. Además por otra
plataforma sin relleno artificial de forma rectangular y pircados que
unen ambas estructuras. La forma general de esta estructura es
rectangular y tiene aproximadamente 15 m por 6 metros. A 10 metros de
ésta, en dirección noreste, se halla un recinto semicircular de 3 -
3,5 m de diámetro, con una abertura orientada hacia el noreste y los
muros de 0,6 m de altura y 0,4 a 0,6 m de ancho.
A 30 metros de la estructura ubicada en la cota máxima,
en dirección noroeste, se ubican dos pircados en forma de "V"
muy abierta con la abertura orientada al sur; los lados del pircado
tienen una longitud aproximada de 5,5 metros, y uno de ellos posee una
estructura semicircular con una abertura orientada hacia el noreste en
uno de sus extremos.
Las estructuras menores ubicadas a 10 y 30 metros de la
cumbre no sufrieron mayores daños, no pudiéndose decir lo mismo de las
más elevadas; especialmente la plataforma rellena que es el lugar donde
los andinistas permanecen cuando logran su objetivo deportivo. Sobre
esta plataforma fue depositada una cruz y, junto a ella, se construyó
una apacheta donde son dejados los testimonios deportivos (distintivos,
banderines u otros objetos). Existen dos pozos sobre la plataforma, y
los muros se encuentran destruidos por la acción antrópica. Un factor
que ha incidido negativamente sobre estas construcciones arqueológicas
es la leyenda de un tesoro enterrado en la cima del Acay, lo que ha
ocasionado el peregrinaje de buscadores de tesoros hasta esas alturas.
Por otra parte, se trata de una montaña que por su altura y fácil
acceso es frecuentemente ascendida por los montañistas que recién se
inician y por los experimentados que buscan entrenarse.
Nevado
de Chañi:
6.000 metros (24º 06' S -
65º 47' W)
Ubicado en el borde oriental de la Puna, sobre la
Cordillera Oriental, en el extremo norte del departamento de Rosario de
Lerma, provincia de Salta, Argentina y formando el límite político
entre las provincias de Salta y Jujuy (departamento Manuel Belgrano).
El Chañi representa la montaña donde se produjera uno
de los primeros hallazgos arqueológicos. En el año 1905 el teniente
coronel E. Pérez extrajo de la cima el cuerpo momificado de un niño
con todo su ajuar. La momia se encuentra en el Museo Etnográfico de
Buenos Aires.
Desde la base de la montaña hasta la cumbre se han
registrado en diferentes niveles altitudinales más de veinte lugares
con restos arqueológicos, ubicados en sus laderas noroeste, oeste y
sudoeste, como así también en la propia cumbre (Beorchia Nigris, 1985;
Vitry, C. 1996 y Ceruti, M. 1997). Desde la base hasta la cima, y
cubriendo una gran superficie se ubican las diferentes estructuras,
muchas de ellas unidas por camino calzado, el cual llega hasta el punto
más elevado. Las construcciones varían en cuanto a forma (muros
circulares, rectangulares, lineales, plataformas artificiales, apachetas
y mojones), como en relación con su tamaño, desde una pequeña
apacheta, hasta el sitio ubicado a 5.000 metros de altura s.n.m.
denominado "Jefatura de los Diablos", formado (la estructura
principal) por nueve habitaciones rectangulares con paredes de dos
metros de altura, y unas cincuenta estructuras circulares que cubren una
superficie aproximada de 15.000 metros cuadrados, en una terraza natural
sobre la ladera occidental del nevado.
Esta montaña, por su fácil acceso desde la Puna, fue y
es muy frecuentada. Sobre su base (ladera occidental) funcionó durante
muchos años un establecimiento minero, el cual se instaló (en parte)
sobre estructuras arqueológicas. Asimismo, los caminos que se dirigen
hacia los socavones ubicados a 5.000 metros de altura atravesaron
algunos lugares con restos arqueológicos.
Entre los daños producidos en los últimos años,
podemos citar al ocasionado sobre el sitio "Jefatura de los
Diablos". A la estructura principal, formada por varias
habitaciones, le pusieron techo, puertas, y se derribó una pared
interna para ampliar el espacio de la habitación techada. Los
habitantes de las proximidades dicen que es un refugio construido por
los militares de la provincia de Jujuy, quienes van a realizar sus
entrenamientos allí. No se ha podido verificar dicho comentario, por lo
que el mismo queda a ese nivel. Independientemente de los responsables,
lo real es que se ha producido un daño irreparable sobre un sitio que
aún no había sido estudiado con profundidad, y, ante la existencia de
un refugio, la cantidad de visitantes se vio sensiblemente incrementada.
Sobre la superficie del sitio se podía apreciar, años atrás, gran
cantidad de fragmentos cerámicos, muchos de ellos con finas
decoraciones; hoy, un hallazgo de esa naturaleza es fortuito.
Nevado
de Castillo:
5.500 metros (24º 23' S - 65º 38' W)
Se encuentra ubicado en el sector este del departamento
de Rosario de Lerma, provincia de Salta, Argentina. Forma parte de la
región geológica de la Cordillera Oriental y se halla cerca del
límite de la provincia de Jujuy, formando parte del cordón montañoso
del Chañi, cuya dirección es norte-sur.
Las primeras ascensiones deportivas realizadas a esta
montaña se remontan a la década de 1940. De acuerdo a los datos
registrados en las mismas, se sabe que en la cumbre existía un círculo
de rocas con una piedra terminal en el centro (Beorchia Nigris, 1985),
existiendo material fotográfico que lo confirman (J. Fadel, com.pers.).
Con relación a la estructura citada se han registrado
por lo menos dos acciones concretas que ocasionaron su destrucción. En
primer lugar, el armado de una apacheta moderna o montículo de rocas
construido (con las rocas de la estructura arqueológica) por los
montañistas para dejar los testimonios de ascensión. Por otra parte,
un grupo de personas que quisieron rendir un homenaje al General Martín
Miguel de Güemes (héroe histórico del norte argentino), instaló un
busto del prócer sobre la ya dañada estructura arqueológica
Cerro
Amarillo:
3.500 metros (23º 33' S - 64º 54' W)
Nevado de Castillo: en la provincia de Jujuy,
Argentina, sobre las serranías de Calilegua, al oeste de la ciudad de
Libertador General San Martín y del Parque Nacional Calilegua.
En la cima y filos cumbreros de esta montaña, existe un
complejo conjunto de plataformas artificiales de origen inca (Raffino,
1993). "Cerro Amarillo consta de seis largas plataformas
artificiales (...) dispuestas en la cumbre del cerro y escalonadas en el
borde o "filo", donde su ladera oriental cae abruptamente en
un abismo de 500 m. Las plataformas fueron construidas mediante sólidos
muros de contención de 0,90 m. de ancho, contra los que se ha acumulado
relleno hasta el límite de su altura. El terraplén resultante fue
recubierto en su totalidad con grandes lajas. Los muros de contención
son dobles y muestran gran calidad en su construcción. Alcanzan hasta
2,50 m. de altura y en dos casos cuentan con estructuras de refuerzo:
banqueta y ,muros paralelos adosados a modo de contrafuerte"
(Raffino, R. 1993 : 219).
Entre 1996 y 1997, sobre la plataforma mayor se instaló
una antena de 4 metros de altura, lo que ocasionó la destrucción de un
50% de la estructura arqueológica. El mayor daño registrado, es el del
muro de contención doble ubicado en el sector occidental, el cual fue
derribado para que uno de los tensores de alambre que sujetan la antena
pase por allí.
Preocupación
y aportes del Centro para la
Conservación del Patrimonio de Alta Montaña - CECOPAM.
El CECOPAM (Centro para la Conservación del Patrimonio
de Alta Montaña-Salta) fue creado a fines de 1995, es una entidad sin
fines de lucro, ni apoyo oficial o privado, dedicada y comprometida con
el estudio y puesta en valor de las riquezas naturales y culturales que
atesoran las montañas en la cordillera andina. Está formado por
montañistas y profesionales de diversas áreas, los cuales complementan
la actividad deportiva con el enriquecimiento cultural, intentando
realizar un aporte a las investigaciones científicas que realizan los
profesionales, conscientes de los impedimentos naturales que implica
para los arqueólogos trabajar en condiciones tan extremas.
Muchas son las preocupaciones que surgieron a raíz de
la tarea de relevamiento y documentación de los lugares con restos
arqueológicos de las altas cumbres. La principal de ellas, está
relacionada con el incremento de personas interesadas en el montañismo
y actividades varias, que se podrían incluir dentro de lo que
comúnmente se denomina Turismo de Aventura.
Luego de analizar las posibles causas que llevaron a la
destrucción de estructuras arqueológicas en las altas cumbres, salvo
excepciones importantes, se llegó a la conclusión que uno de los
principales factores radica en la desinformación y la consecuente falta
de valoración cultural. Considerado principal porque se trata de una
problemática que tiene una solución a corto, mediano y largo plazo.
A corto y mediano plazo actuando directamente con los
montañistas y operadores turísticos, alertándolos de la existencia de
estructuras arqueológicas y brindando información que puede ser
aprovechada para los guiados que realizan los operadores del turismo no
convencional o de aventura. Si se destruye los que se puede mostrar
indefinidamente, la pérdida es de todos.
A largo plazo, educando a los niños y jóvenes que se
encuentren en clubes de montaña, recreativos u otros; informando a los
estudiantes de turismo con profundidad y difundiendo los estudios y
publicaciones arqueológicas, antropológicas e históricas a la
sociedad, en un lenguaje no técnico y accesible. Así, la sociedad
empezará a conocer (para poder posteriormente valorar) algunos aspectos
de las culturas precolombinas, como también sobre las actividades
científicas desarrolladas por los arqueólogos y antropólogos, quienes
generalmente son confundidos con paleontólogos o geólogos.
Las tendencias actuales del turismo indican que el mismo
está orientado hacia un conocimiento cada vez más profundo del
patrimonio natural y cultural, de allí que en los últimos años se
hable de ecoturismo, turismo científico, turismo arqueológico, turismo
antropológico, turismo cultural, geoturismo, turismo paleontológico,
entre otros, cuya diferencia es más semántica que real, pues todos
estos están orientados en un mismo sentido, el conocimiento con
profundidad de alguna/s temática/s, para un público específico
reducido, pero de afluencia constante. La preparación de los guías de
turismo es cada vez más exigente y especializada, de allí que en
algunos lugares los guías provengan de disciplinas específicas, como
biólogos, geógrafos, antropólogos, etc.
Ante este panorama, y convencidos de que una alternativa
válida para minimizar la destrucción de estos lugares con restos
arqueológicos es la educación, es que el CECOPAM, desde 1996 a la
fecha, se propuso una serie de actividades que se detallarán a
continuación:
Realización de expediciones de prospección e
investigación con la colaboración de especialistas de reconocida
trayectoria en la temática, como el Dr. Juan Schobinger (Universidad
Nacional de Cuyo) y Antonio Beorchia Nigris (Centro de Investigaciones
Arqueológicas de Alta Montaña).
Conferencias y charlas audiovisuales relacionadas con la
Arqueología de Alta Montaña.
Publicación de notas en el diario local y artículos en
revistas de difusión local, nacional e internacional.
Documentación gráfica y fotográfica de los lugares
con restos arqueológicos y creación de un archivo y base de datos con
toda la información de cada montaña.
Conocimiento de las actividades planificadas por los
clubes de montaña a los efectos de asesorar a los andinistas sobre la
manera de actuar en caso de producirse un hallazgo.
Contacto e intercambio de información con
investigadores que estudian la misma problemática en Chile, Bolivia,
Perú, México y EEUU.
De toda esta labor educativa no formal, la más
importante es haber logrado montar una sala (permanente) de Arqueología
de Alta Montaña en el Museo de Antropología de la ciudad de Salta,
dotada de paneles explicativos, fotografías y elementos hallados en las
montañas que fueron donados por los andinistas.
De estas actividades se pueden ver algunos logros y
cambios de actitud que resultan favorables para la preservación del
patrimonio arqueológico de las montañas. Por ejemplo, en las
expediciones participaron jóvenes andinistas de distintos clubes de
montaña, quienes (tres), motivados por la temática en general,
empezaron a estudiar Antropología e Historia en la universidad local.
Muchos montañistas se interesaron por la temática, y
asumieron el compromiso de cooperar y difundir, en los cursos de
formación que dictan regularmente, las medidas preventivas necesarias
para evitar el deterioro de las estructuras arqueológicas.
Como consecuencia de todo este movimiento, la Dirección
de Patrimonio Cultural de la Provincia, está organizando una reunión
con los presidentes de los clubes de montañismo, excursionismo y
aventuras, como así también con la Asociación de Operadores y
Prestadores de Turismo Alternativo de Salta (ADOPTAS), con la finalidad
de comprometer formalmente al cuidado y documentación de los lugares
con restos arqueológicos de alta montaña, y asumir la responsabilidad
institucional de formar e informar adecuadamente a las personas que
integran tales entidades.
Por último, y ya en el ámbito científico, se
realizará el "1º Seminario Internacional de Arqueología de Alta
Montaña" (abril de 1999), cuya finalidad es la de reunir
formalmente a todos los que trabajan en la especialidad. Sin duda esta
actividad académica marcará un hito importante, ya que se podrá
discutir y analizar científicamente los temas y problemáticas
relacionados con estos sitios arqueológicos tan particulares.
Comentarios
Finales
Para concluir y a modo de
comentario final, se pone a consideración algunas citas de una nota
periodística publicada el 29 de junio de 1998 en el diario local de
Salta (El Tribuno), en cuya página central, con fotografías color,
aparece un artículo titulado: "Cazadores de Tesoros" y
subtitulado: "cuatrocientos salteños integran una original
asociación".
Notas como esta se prestan a una interpretación confusa
respecto a lo que es el patrimonio, pudiendo accionar negativamente
sobre las personas e incentivándolas a la destrucción del registro
arqueológico y patrimonio cultural en general.
"Encontrar un 'tapado' es como recibir un regalo
fortuito, con la diferencia que no hay ninguna fecha que lo
justifique".
"La búsqueda de 'tesoros' es para los
Buscadores de Tesoros del Mercosur un 'deporte ecológico', porque no
matamos ningún animal ni eliminamos plantas ni deterioramos ningún
ambiente, ..."
"Y por eso la entidad que agrupa a los
detectoristas tiene sus 'reglas de oro': quien desee buscar y ya tenga
definido el sitio, debe solicitar permiso; una vez adentro y después de
haber realizado su tarea, no debe dejar agujeros abiertos que puedan
significar un grave peligro para personas o animales".
"Ahora llegó a esta capital una empresa que
desde hace varios años vende detectores de metales y, como sucede con
las avispas, el panal comenzó a ´revolucionarse'".
"Muchas son las historias de los llamados
'tapados' o 'tapaos', conjunto de dinero o metales preciosos ocultos
bajo la tierra, en paredes o montañas, cuyos dueños originales
buscaron resguardarlos de manos saqueadoras. Así la historia habla de
tapados dejados por los incas, los jesuitas, grandes estancieros y
particulares que buscaban proteger su fortuna o herencia familiar"
"Pero en este deporte 'como lo promociona la
asociación del Mercosur- no solo incluye los tapados, también figuran
los meteoritos, metales preciosos, cañerías o elementos metálicos
fabricados por culturas precolombinas o posteriores a la
colonización".
"Poco o mucho, para los detectoristas, el precio
de los aparatos puede ser sólo una pequeña parte del 'regalo
fortuito'. El objetivo principal es buscar, porque como dice el dicho:
'El que busca encuentra...'".
La conservación y preservación del patrimonio cultural
y natural es responsabilidad de todos. No se debe esperar leyes,
reglamentaciones, ni gobernantes nuevos, sino un cambio de actitud
personal; cada uno desde su lugar y dentro de sus posibilidades debería
asumir la responsabilidad de un patrimonio heredado y que debemos dejar
para los que nos sucedan.
Christian Vitry
UNSa – CECOPAM
vitrychf@unsa.edu.ar
B i b l i o g r a f i
a
Beorchia Nigris, Antonio. 1987. "El Enigma de los
Santuarios Indígenas de Alta Montaña". En Revista del Centro de
Investigaciones.Arqueológicas de Alta Montaña (CIADAM). Tomo 5.
U.N.S.J. San Juan.
Ceruti, Constanza. 1996. "Arqueología de Sitios de
Altura. Una aproximación teórico - metodológica". Tesis de
Licenciatura. Universidad de Buenos Aires.
1997. "Arqueología de Alta Montaña". Milor.
Salta, Argentina.
Fadel, José. 1977. Mi Amiga la Montaña. Fundación
Michel Torino. Salta.
Raffino, Rodolfo.1993. Inka: Arqueología, Historia y
urbanismo del Altiplano Andino. Corregidor Editorial. Buenos Aires.
Raffino R., Nielsen A. y J. Alvis. 1991. "El
dominio Inka en dos secciones del Kollasuyu: Aullagas y Vallegrande
(Altiplano de Bolivia y Oriente de Humahuaca)". En Comechingonia.
(Número Especial) Año 9, Volúmen II. Córdoba. Argentina.
Schobinger, Juan. 1967. "Breve Historia de la
Arqueología de Alta Montaña en los Andes Meridionales". En
Separata del Boletín de la Sociedad Arqueológica de Santiago. 4: 23 -
24. Santiago. Chile.
1995. "Informe sobre la relocalización de un
hallazgo de Alta Montaña del Noroeste Argentino: la llamada ‘Momia de
los Quilmes’". En Comechingonia. 8: 47 - 67. Córdoba, Argentina.
Vitry, Christian. 1996. "Arqueología de Alta
Montaña de la Provincia de Salta". (inédito). Monografía
presentada a la cátedra de Arqueología Argentina de la Universidad
Nacional de Salta.
1997. "Arqueología de Alta Montaña". En
Yachayruna. Revista de Divulgación Científica del Grupo de Estudios de
Ciencias Sociales de la UNSa. Año 1, Nº 1. Salta, Argentina.
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